Es por ello que la literatura más reciente en el tema ha encontrado una y otra vez que los incentivos fiscales no sirven para aumentar el crecimiento económico o para aumentar de manera significativa la inversión ( Slattery & Zidar 2020 ). Para lo que sí sirven es para aumentar los votos de los políticos que los implementan ( Jensen 2018 ). Es decir, es una medida clientelar para las grandes empresas.
En el caso de la frontera sur de México, nada indica que la razón por la que no hay suficiente inversión es el marco fiscal. Nada.
Las razones por las que la frontera sur no se ha desarrollado son una combinación de (a) falta de infraestructura comercial que comunique la zona sur con el resto del país, (b) la enorme incertidumbre que todavía existe en algunas áreas sobre la tenencia de la tierra, y (c) una ausencia de mercado doméstico debido a la ausencia de una clase media sólida. A éstos puntos habría que agregar falta de capital humano de alta calidad y de acceso al crédito.
Es por ello que nada indica que la medicina que requiere la frontera sur para desarrollarse es reducir el IVA, ISR o IEPS. Por el contrario, si algo requiere la zona sur es más gasto público para desarrollar infraestructura y mejorar los servicios públicos. Es decir, los incentivos fiscales no solo no son la medicina adecuada, sino que son un impedimento para que haya recursos para comprar la medicina que sí se requiere.